martes, 3 de noviembre de 2009

proyecto shilensis- El Cristo de Mayo

La leyenda cuenta que un día, paseando por sus tierras, la Quintrala vio en el tronco de un árbol la cara de Cristo, por lo que mandó a tallar su figura con la madera del mismo árbol. Esta permaneció en su casa y fue testigo de los crímenes y arrepentimientos de esta mujer, la que, finalmente, en un ataque de ira, retiró al Cristo del lugar, alegando que "no quería que ningún hombre le pusiera mala cara en su casa".
La imagen fue llevada hasta la iglesia de San Agustín, donde la colocaron en uno de los altares laterales. Más tarde se le llamaría el Cristo de Mayo, porque, tras el terremoto acaecido el 13 de mayo de 1647, la pared donde permanecía el Cristo fue la única que permaneció en pie. El movimiento telúrico desprendió la corona de espinas, la que se deslizó hasta sus hombros. Según la creencia popular, cada vez que se ha intentado colocar la corona en su lugar, ha temblado.

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